Lucas, Teofilo soy yo

German Muñoz

Así que Jesús empezó su vida, oculto en la meditación. Fue tentado por el diablo, pero no sabemos de qué maneras. Lucas nos sigue torturando sin darnos mayores detalles sobre la vida de Jesús, que sigue siendo tan extraño como cuando comenzamos.

Además después de cuarenta días Jesús sintió hambre.

¿Por qué nos dice esto? Para empezar, ya sabemos que una persona que no come durante cuarenta días, siente hambre. ¿Con que propósito nos lo recuerda aquí?

Pudiera ser que el número cuarenta sea un número mágico. Una cábala. Tenían que ser cuarenta días y no veinte. Tengamos presente este dato por si más adelante vuelve a aparecer este número.

y yo me preocupe más por los cuarenta días que por la misma presencia del diablo. ¿Quién es ese? Es la primera vez que esta palabra aparece en nuestro Evangelio. No dudo que tenemos que tener nuestros ojos en él, pero aún así yo trato de encontrarle el significado secreto a los cuarenta días.

Debe ser que nosotros ya tenemos un retrato del diablo y por eso no le damos mayor importancia a este personaje. Estemos presentes a que este es un análisis nuevo, en donde no sabemos nada y cualquier idea preconcebida, sólo será utilizada en nuestra contra.

No sabemos quién es el diablo y estaremos desde este momento a la espera de una definición que el mismo se otorgue.

3 Entonces el diablo le dijo: «Si eres Hijo de Dios, di a esta piedra que se convierta en pan.» 4 Jesús le respondió: «Está escrito: No sólo de pan vive el hombre.»

Aquí empezamos con las tentaciones del diablo a Jesús.

La primera es la comida. Claro, Jesús está hambriento y ante la menor oportunidad cambiará su trono por un pedazo de pan. Ya había pasado antes. Esau le vendió la primogenitura a Jacob por un plato de lentejas, así que Jesús va a caer de la misma manera. La comida es una necesidad básica, primordial.