Estrategia de Satanás.
24 al 26. «Cuando el espíritu inmundo sale del hombre, anda vagando por lugares áridos, en busca de reposo; y, al no encontrarlo, dice: `Me volveré a mi casa, de donde salí.' Y, al llegar, la encuentra barrida y en orden. Entonces va y toma otros siete espíritus peores que él; entran y se instalan allí, y el final de aquel hombre viene a ser peor que el principio.»
Solo hasta ahora noto algo que está haciendo Lucas. Al principio, todo era narración. Pero en las últimas partes coloca a un Jesús con órdenes. Cada parte es corta y al punto. Es como si ya no quisiera contar anécdotas sino que solo escribe la parte en donde él informa sobre el diablo, sobre cómo seguirlo, sobre cómo se está con él o contra él, sobre cómo orar. Ya no hay narrativa. Aquí ya el evangelista quiere reseñar lo que Jesús dejó ordenado sin siquiera darnos una premisa para entender por qué fue que Jesús dijo esto o aquello.
Este ejemplo es igual. Jesús aquí nos informa sobre cómo es que tenemos un espíritu inmundo que sale de nuestro cuerpo pero puede volver y si encuentra todo limpio, pues se trae siete espíritus más y se va acomodando en su nueva casa, o sea dentro de nosotros mismos.
El número siete aquí es una señal. Al parecer tenemos siete formas de ser tentados y eso es lo que representa cada uno de esos siete espíritus inmundos. Las siete formas que yo identifico son las siguientes:
La soberbia
La pereza
La lujuria
La avaricia
La gula
La irá
La envidia
Y esa lista de los “Siete hábitos, para ser un diablillo ejemplar”, no me la inventé yo. Me acordé que en algún lugar leí sobre los siete pecados capitales de la iglesia católica y me fui a buscarlos.